Italia guarda muchos rincones que parecen de película. Uno de ellos se encuentra muy cerca de Génova, convirtiéndose en una escapada ideal desde esta ciudad: Cinque Terre.
Un parque natural formado por un grupo de cinco pueblos encantadores en un entorno natural bellísimo. Para recorrer esta comarca recomiendo tomar por el camino que va de Monterosso, el primer pueblo que nos encontramos al llegar desde Génova) hasta Levanto. Poco mas de 10 kilómetros de largo bordeando la costa en un recorrido paisajístico de primera y que es poco visitado por la mayoría de los turistas.
Las Cinque Terre han sido reconocidas como Patrimonio Mundial de la Humanidad en 1997 por sus valores paisajísticos y culturales. Hoy forman parte de un Parque Natural y un Área Marina protegida. El área comprende la faja costera que se extiende desde Punta Mesco, cerca de Levanto, hasta Punta Montenero, cerca de Portovenere. Unos 10 kilómetros al este de La Spezia, con un ancho máximo de 3 kilómetros entre las montañas y el mar.
Los cinco pueblos que componen este lugar único, han sido levantados desafiando la naturaleza. Con siglos de trabajo sus habitantes han sabido trabajar fértiles plantaciones de olivos en el poco territorio disponible. Bahías, playas, acantilados, un santuario de mamíferos marinos, y una potente cultura propia les convierten en un gran destino para visitar.
Riomaggiore, Cinque Terre
Saliendo desde La Spezia el primero de los pueblos de las Conque Terre que encontramos es Riomaggiore. Construido casi verticalmente, atravesado por escaleras que unen casas y callejuelas, paredes de colores ligures y techos de pizarra. En la parte baja, debajo de la calle principal, corre el Rivus Maior que diera nombre al pueblo. Desde aquí nace la Vía dell'Amore, ruta paisajística que une este pueblo con Manarola entre la montaña y el mar batiendo las rocas allí abajo.
Manarola, Cinque Terre
Junto a una impresionante hilera de rocas oscuras, elpequeño puerto se aferra a una garganta del mar cerrada por enormes piedras. Estamos en Manarola. Sobre el mismo se observan las típicas terrazas con viñas y olivos, bajando hacia el mar las callecitas y puntos panorámicos con vistas que quitan el aliento.
Corniglia, Cinque Terre
Este es un pueblo diferente a los anteriores, ya que nace en lo alto de un promontorio de 100 metros que se precipita al mar. Para acceder al pueblo hay que ascender la "Lardarina", una larga y extenuante escalera compuesta por 33 rampas de 33 escaroles. También hay una calle que sale desde la estación de tren y sube hasta el centro del pueblo.
Vernazza, Cinque Terre
Fundada en el año 1000, Cernazza es el pueblo que se mantiene mas fiel a sus raíces com pueblo marinero. Su puerto natural y su tradicion pesquera eran ya conocidos desde la antigüedad. Desde el único puerto natural de la zona, se sube por callejuelas hasta el centro del pueblo, una pequeña plaza que mira al mar. Las antiguas casonas hablan de un pasado de riqueza superior al resto de los pueblos de las Cinque Terres.
Monterosso, Cinque Terre
En el extremo occidental de las Cinque Terre está junto a la colina de San Cristóforo. Allí Monterosso muesrta un magnífico centro histórico medieval (el pueblo ya existía en el siglo VII), también un barrio residencial moderno junto a la playa y un magnífico paseo costero.
Un rincón italiano digno de recorre e incorporar a una ruta más extensa por las costas del Adriático.
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Fotos | koen_photos, PjotrP En Diario del Viajero | Toscana: 32 pueblos encantadores